El corazón recibe la información física y emocional del cuerpo, y cuando percibe alguna emoción de dolor o algún desajuste en tu cuerpo, manda la señal para que todos se «pongan las pilas” para enfrentar ese desequilibrio y recuperar el balance interior.,
Sin embargo, a veces, nuestra mente interfiere en éste proceso natural, y dice «no debo de sentir, debo de ser fuerte, no debo de llorar, no me deben de ver débil”, y es ahí que no permite que el corazón haga su trabajo, reprimiéndolo de cierta forma. Es por eso la importancia de dejarte sentir, inclusive, la taquicardia, sin limitar o reprimir nada.
Si te interesa más sobre éste tema puedes revisar la página de http://www.heartmath.org en inglés.,
El corazón percibe la energía interna y externa
Desde muchas «ciencias alternativas”, como la metafísica y la psicofísica, sabemos perfectamente que como seres humanos nos manejamos con un campo electromagnético que está en constante cambio, y sobre todo, en constante contacto con lo que nos rodea. Este campo se ve modificado según nuestras emociones y pensamientos y el ambiente en el que estamos, con las personas que lo conforman.,
Cuando vivimos con emociones y pensamientos negativos, (los cuales emiten cierto tipo de frecuencias energéticas) y rodeados de ambientes densos, con discusiones, gritos, peleas, agresiones… etcétera, éste campo electromagnético se va volviendo picudo o duro, siendo su naturaleza que sea flexible, suave e inclusive redondo, esto lo hace, para protegerse.,
Sin embargo, lo ideal sería que después de pasar por esos ambientes o por esos estados internos, hiciéramos ejercicios de relajación y meditación para recuperar el equilibrio de éste campo energético, y al no hacerlo, es entonces que lo que sucede en lo sutil se refleja en lo tangible, o sea, nos termina doliendo el corazón.