Ser demasiado modesto es tan peligroso como cualquier otro aspecto llevado al extremo. La clave aquí es «demasiado». Debido a esta palabra, grandes virtudes pueden convertirse en defectos y grandes placeres pueden transformarse en tormento. El exceso casi siempre termina distorsionando la naturaleza de las cosas.
La modestia es una gran virtud, ligada a importantes valores humanos como la sencillez, la humildad y la templanza. Es opuesto a la vanidad y la vanidad, dos rasgos de carácter que han ganado mucho terreno en nuestro mundo actual., Una persona modesta no necesita ni quiere salir alardeando de algo. Pero aquellos que son demasiado modestos llegan al punto de minimizar sus logros y cualidades.
aunque la arrogancia excesiva crea antipatía y crea una barrera contra los demás, la modestia excesiva no da espacio para relaciones saludables con los demás o contigo mismo. Aquellos que restan valor a lo que son y lo que hacen pueden recibir ciertos beneficios pero, a cambio, pierden las posibilidades de reafirmarse y recibir reconocimiento por lo que merecen.,
» la modestia es merecer, lo que la sombra es a las figuras en una imagen; le da fuerza y lo hace destacar.»
-Jean de la Bruyère-
Ser demasiado modesto
Es cierto que ser demasiado modesto hace algunos aspectos de las relaciones sociales más fácil. Aquellos que se comportan de esta manera son percibidos como inofensivos, y esto les ayuda a evitar los celos, la envidia y las confrontaciones. En el mundo actual, muchas personas son excesivamente competitivas. De hecho, las redes sociales nos han hecho aún más competitivos., Alguien que es muy modesto se las arregla para eludir estas tensiones.
aquellos que se sienten seguros de sí mismos no necesitan exhibir, presumir o recibir reconocimiento de los demás. Por lo tanto, pueden ser modestos de una manera natural y espontánea. Sin embargo, algo diferente sucede con aquellos que buscan ser demasiado modestos. Su objetivo no es simplemente no jactarse, sino también esconderse, reducirse e incluso hacerse invisibles.
se podría decir que la modestia excesiva no es un signo de humildad sino de inhibición., Tienen miedo de las reacciones de los demás, y una forma de enfrentarlos es camuflándose, evitando que se vean. Es como si no tuvieran derecho a ser iguales o mejores que los demás de ninguna manera. De una manera u otra, esto representa un sentimiento de vergüenza hacia ellos mismos.
El orgullo no es arrogancia
El Orgullo y la arrogancia tienden a confundirse, pero realmente tienen que ver con dos significados muy diferentes. Mientras que el orgullo es el amor propio exaltado, la arrogancia está relacionada con el amor propio herido., El amor propio es el resultado de la autoaceptación y la autoestima. A su vez, el orgullo surge cuando, basado en esta realidad, alcanzas un logro que aumenta aún más esa sensación de estar cómodo contigo mismo.
la Arrogancia, por otro lado, es básicamente un impostor. Busca el reconocimiento y la exaltación que viene de los demás. Establece una distancia que te permite sentirte superior. Por lo tanto, mejora la opinión que tienes de ti mismo. La arrogancia culpa a los logros en lugar de compartirlos. Su esencia es la amargura, y nada puede llenarla.,
Por lo tanto, la arrogancia es un intento de compensar la falta de amor propio. Suele ser artificial y agresivo. Si otros no reconocen el valor de una persona arrogante, se sienten profundamente frustrados. No son capaces de juzgarse bien a sí mismos e independientemente de lo que otros piensen.
Usted necesita orgullo
la Modestia y el orgullo no están lejos el uno del otro. Estas realidades no son exclusivas. Por el contrario, se complementan entre sí. Una persona puede sentirse orgullosa de lo que es y sus logros mientras sigue siendo modesta., Significa no alardear o tratar de conseguir que otros te admiren o reconozcan, así como no minimizar o hacerte invisible.
Cuando eres demasiado modesto o arrogante, le das una importancia desproporcionada a las opiniones de otras personas. En el primer caso, es porque tienes miedo; los sentimientos de vergüenza y la incapacidad de confrontar tu propio ser prevalecen. En el segundo caso, es porque estás interesado en dominar a los demás. La arrogancia necesita comparación, ganar y visibilidad.
sentirse orgulloso de quién eres y de lo que has logrado es positivo y saludable., Todo por lo que debes trabajar y lograr merece tu propio reconocimiento. Compartirlo con los demás también es bueno, de la misma manera que compartirías tristeza o contratiempos.
Las opiniones de los demás tienen una importancia inusual hoy en día. Sin embargo, lo mejor que puede hacer es no dejarse llevar por esto y cambiar sus propios criterios sobre los estándares por los que se mide a sí mismo.