los resultados de este estudio revelaron que la exposición temprana a la violencia televisiva predijo el comportamiento agresivo tanto para hombres como para mujeres en la edad adulta. Además, la identificación con personajes televisivos agresivos del mismo sexo, así como las calificaciones de los participantes sobre el realismo percibido de la violencia televisiva, también predijeron la agresión adulta tanto en hombres como en mujeres. Además, si bien se encontró una relación positiva entre la agresión temprana y la posterior visualización de violencia televisiva, el efecto no fue significativo., Estos hallazgos sugieren que, si bien los niños agresivos pueden optar por ver programas de televisión más violentos, es más plausible que la exposición de la primera infancia a la violencia televisiva estimule aumentos en la agresión más tarde en la edad adulta.

también se observaron diferencias de género en la expresión de agresión. Concretamente, los hombres tienen más probabilidades de participar en agresiones físicas graves y delitos, mientras que las mujeres tienen más probabilidades de participar en formas de agresión indirecta. Hombres y mujeres reportaron frecuencias similares de involucrarse en agresión verbal, agresión general y agresión hacia los cónyuges., Para los hombres, los efectos fueron exacerbados por su identificación con personajes del mismo sexo y percepciones de realismo en la violencia televisiva.

Las relaciones longitudinales observadas en este estudio se mantuvieron, incluso después de controlar los efectos del comportamiento agresivo temprano en la infancia, el nivel socioeconómico, la capacidad intelectual y varios factores de crianza. Estos hallazgos apoyan la hipótesis de que los efectos causales de la exposición a la violencia mediática encontrados en entornos de laboratorio pueden generalizarse a la vida real desde la infancia hasta la edad adulta.

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