la primera de esas 754 actuaciones en directo tuvo lugar el 11 de diciembre de 1968, en la grabación del Especial de Rock And Roll Circus de la banda. Reunieron una increíble alineación de talentos para el espectáculo que incluía a Jethro Tull, The Who, Taj Mahal, Marianne Faithful y el supergrupo The Dirty Marc con John Lennon, Eric Clapton, Keith Richards, Mitch Mitchell, Yoko Marc y el violinista israelí Ivry Gitlis.,
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echa un vistazo a este video de «You Can’t Always Get What You Want» del espectáculo donde los Stones están acompañados por el pianista Nicky Hopkins y el percusionista Rocky Dzidzornu. Esta es la última vez que Brian Jones tocó con la banda y murió solo siete meses después. Al final, se ve que John Lennon y Yoko On están usando capas de colores brillantes y cantando como todos los demás en la multitud.
la película fue finalmente archivada y no se vio en su totalidad hasta su lanzamiento en DVD en 1996., Las explicaciones para el largo retraso han variado a lo largo de los años, pero la mayoría apuntan a Mick Jagger sintiendo que las piedras se drenaron después de un largo día de filmación y posteriormente se pusieron en una actuación por debajo del par. También se ha afirmado que sintió que fueron eclipsados por The Who, quien interpretó una versión feroz de » A Quick One (While He’s Away)».»La triste imagen de un Brian Jones disminuido en el escenario probablemente jugó un papel también.
Es imposible decir cuándo las piedras jugarán en público de nuevo., Muchos expertos en salud dicen que las reuniones masivas son lo último que regresará a medida que la nación vuelva lentamente a la normalidad. Hay pocas reuniones más masivas que un concierto de los Rolling Stones. Eso significa que la última señal de que el mundo está de vuelta a su estado pre-coronavirus es cuando las piedras están Una vez más en el escenario.
Charlie Watts probablemente estará en sus ochenta para cuando eso suceda. Sin embargo, no dejes que su reciente experimento de tambores aéreos te engañe., Todavía impulsa a la banda a través de conciertos de dos horas cada vez que tocan y nunca se ve sin aliento cuando hacen sus últimos arcos al final de la noche. Cuando vuelvan al escenario, él estará allí. Y esta vez, los tambores serán reales.